La distancia nos acerca
convirtiendo nuestros dedos y oídos
en todo nuestro ser,
comprimiendo allí ideas e ilusiones;
plasmaciones del propio ser
que proyectamos mutuamente.
Y la comunicación física
pierde el valor diario,
éste es ahora intelectual,
tal vez del alma
y de sus posos más profundos.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada